El Pequeño Saltamontes

Escritos profundos, reales o imaginarios, pero honestos

Espero no tener COVID

Desde el pasado sábado 26 de Diciembre, empecé a sentir un malestar como de gripe, algo de flujo nasal y decaimiento. Lo atribuya a un resfrío debido a las temperaturas inusualmente bajas en la noche para Ciudad Caótica. Mínimos de 24°C es ya muy frío.

El domingo 27 se mantiene el decaimiento y empiezo a tomar azitromicina. No me duele la garganta. Un poco de tos y flema al toser, pero en poca cantidad. Temperatura normal en 36.5°C.

Hoy martes 29 de Diciembre a las 8 pm, me tomo la temperatura: 37°C, espero que no suba. Completé la dosis de tres azitromicina, y me inyecté Rocefort 1 gramo, intramuscular.

Hoy 30 de diciembre me siento mejor pero la temperatura es de 37.3°C. Tomé azitromicina, el cuerpo un poco adolorido.

Seguiré actualizando este artículo ....

Hasta luego

La amenaza microbiana

Me gusta pensar en el futuro, tratando de adivinar el camino que seguirá la humanidad. Por el momento y a la vista de las evidencias del 2020, lo que resulta aterrador es la amenaza de la destrucción mundial por los millones y millones de seres microscópicos, algunos benéficos, otros siniestros que se ocultan en nuestros tejidos y mucosas.

Desde el #virus del papiloma humano, que causa cáncer, hasta un simple resfriado, todos son enemigos invisibles y violentos, no tienen compasión del sistema inmunológico que invaden.

Si al hecho que tenemos estos enemigos gratuitos, le sumamos el factor bélico, o sea que sean utilizados como armas biológicas de destrucción masiva, o para el control de la natalidad, el panorama no resulta nada agradable.

Hay tres escenarios que visualizo estén manejando grupos de poder mundial:

  1. Utilizar los microbios para inducir muertes para el control de la #natalidad. Esta suposición no la creo tan viable, porque el consumismo se nutre de poblaciones en crecimiento que demandarán bienes y servicios.
  2. Utilizar los microbios como una forma de lucha en la guerra comercial de las grandes potencias. Se ha visto en esta etapa del coronavirus, cómo lo que llamamos Occidente, ha llevado la peor parte en el combate del virus, mientras que China, mantiene los niveles de crecimiento económico.
  3. Fabricar nuevas cepas de virus como armas biológicas simplemente como medida de disuasión o de negociación, así como Estados Unidos y otros países mantienen un arsenal de ojivas nucleares, solo como forma de materializar el poderío global.

Pienso que la naturaleza está buscando un balance de forma desesperada, en otras palabras, la #homeostasis.(https://es.wikipedia.org/wiki/Homeostasis).

Si la ecuación está generando demasiados problemas antropogénicos, el sistema buscará cómo desacelerar el crecimiento exponencial de lo que está originando el problema. La naturaleza es sabia, dice un refrán, y en este complicado juego de variables, el balance cierra con cifras negativas para el ordenamiento mundial que está ejecutando el Homo Sapiens.

Una reflexión para #Navidad 2020

Caminaba hace poco por el mercado municipal, y admiraba las frutas y los vegetales de todos los colores, especialmente el rojo y el verde, colores típicos de #Navidad. Observaba la espera ansiosa de los vendedores de abarrotes, el esfuerzo de los cargadores de bultos por conseguir clientes y el barullo del gentío.

Pensé que todo este ajetreo se repite una y otra vez hasta que aqueja el aburrimiento cíclico, el hastío, sin embargo, pronto me digo, esto es pasajero, es solamente un día. Y mañana regresa la calma.

Observo el humilde pesebre que instalé en la entrada de la casa y llego a la conclusión que Navidad no es para regalar, ni para comprar ni para comer. Jesús vino al mundo humildemente, en un establo o una posada porque ya no había lugar para ellos.

Muchos de nosotros, ya no tenemos cabida en esta gran aldea, en este inmenso establo porque el sistema económico nos ha dejado sin un lugar en el mundo. Y tenemos que acomodarnos con lo que hay, con lo que podemos utilizar. El sistema que alienta el consumo y el descarte odia a los que no pueden comprar, por ese motivo el #2020 ha sido desastroso porque desbarató el crecimiento económico y la burbuja de prosperidad se reventó en un dos por tres.

Navidad es humildad y una lección, saber adaptarnos a las circunstancias así como José y María lo hicieron hace 2 milenios, y en medio de ellos un bello niño, precioso, enviado por Dios para nuestra salvación. De nosotros depende si lo tomamos o lo dejamos.

Feliz Navidad 2020 a los hombres y mujeres de buena voluntad.

Terremoteado

Como hoy un 22 de diciembre de 1972, los que vivíamos en Managua, amanecimos en escombros, rodeados de madera y bloques desperdigados, bajo un intenso frío después de una jornada de calor el día anterior.

La mente de un niño de nueve años tiene mucha plasticidad, y no está sometido al estrés de lo que sucederá el día después. Así son los niños, con esa inmensa capacidad de asimilar todo, y poder de adaptación.

No recuerdo intensamente mis sentimientos, pero sí que sentí mucho miedo cuando quedé soterrado y creí que nadie me salvaría debajo de los escombros. Después de eso, a lo mejor, tristeza y espanto, al saber que todo mi mundo hasta entonces, se había derrumbado.

Causa y efecto

Hace ya bastante días de esto.

Me sentía triste, desolado y no encontraba una salida a mi situación. Sentado debajo de un árbol, solamente se me ocurrían soluciones espantosas como suicidarme, tirarme delante de un camión para que me machacara la cabeza, tirarme desde lo alto de un acantilado, nadar sin sentido en el mar hasta ahogarme, y cosas por el estilo.

Cuando de repente, medio dormido medio despierto, miré un anciano de barba blanca que se me acercaba y me tocaba el hombro, y me decía: “¿Muchacho, qué haces aquí?” A lo cual yo le respondí: Estoy planificando mi muerte, no tengo ningún motivo para vivir.

El anciano bajando la vista como revisando mi condición, me dijo que antes que nada, me acordara de todos los acontecimientos anteriores a mi afligida situación. Le dije que no tenía nada de qué acordarme, toda mi vida había sido una espiral de errores. El anciano me dijo: “No te niegues a ver tu pasado como si te asomaras a una ventana, es necesario que lo hagas. Solamente así podrás establecer la ecuación causa-efecto, y podrás anticiparte al futuro”.

Me atreví a verlo fijamente deteniendo mi vista en sus manos resecas y fuertes. Recuerdo que me dijo que todo tenía una explicación, delante de Dios no había misterios.

Sin embargo, comencé a recordar cosas bonitas cuando era pequeño, me gustaba caminar por las veredas sintiendo el aroma del bosque, observando las mariposas y los insectos escondidos en los troncos. Recordaba los nidos de oropéndolas balanceándose en los guanacastes, y el alboroto que hacían al atardecer cuando entraban a sus nidos. Mi mente bloqueaba los sucesos tristes de mi vida. La muerte de mis padres y mi vida algarete como huérfano, después que abandoné el reformatorio de menores.

El anciano adivinó mi pensamiento, diciéndome lo contento que lo hacía al saber que mis primeros recuerdos eran de felicidad. Agárrate de esos momentos felices y hazlos tu causa, me dijo. Que los eventos de desgracia y dolor no se conviertan en tu motivo de tristeza permanente. Esos recuerdos de alegría deben guiarte a eventos positivos en tu vida, anímate a romper el ciclo, ingresa en la rueda de la paz interior y mantente firme. Hay personas que te esperan.

¿Cómo sabía que habían personas que me esperaban? No le había contado nada de mi vida. Y era cierto, había un niño de siete años que me esperaba en casa.

Yo no era colérico, ni de armar pleitos. Al contrario, me encerraba en mí mismo, y quedaba quieto por horas. Había salido de la casa calladamente, pero mi hijo estaba atento a mis movimientos. Recuerdo que me dijo: Papá, ¡mamá está cocinando una sopa!.

Cuando regresé era de tarde, antes que anocheciera. Pude olfatear una rica sopa de gallina con albóndigas, la comida fuerte en todo el día. Y en la puerta de la casa ya me espera mi hijo, y con las manitos me llamó: ¡entrá papito lindo, ya está la sopa !

¿Cuán culpables son los padres de lo que serán o son los hijos?

Ayer mientras me dirigía a la pulpería (tienda donde venden productos de consumo cotidiano y comestibles), me conmovió ver un niño en su patineta, en un estado de parálisis, sin saber qué hacer ante los gritos amenazantes de su madre, una vieja gorda, y malencarada. No sé exactamente, los motivos del enojo de la mujer, pero seguramente, en todo caso, no hay justificación, trátándose de su hijo.

La mujer lo amenzaba con darle con un cable eléctrico, si no avanzaba en su patineta, luego de unos minutos, observé que ambos habían caminado, pero el niño estuvo a punto de llorar.

Me cuestiono, cuántos niños viven un sistem de vida de terror y amenazas de sus propios padres, en muchos casos, es la propia madre quien somete al niño a una vida de miedo, acoso y golpes. No digo que los hombres sean diferentes, ambos por igual. Pero me deja perplejo, que sea la propia madre quien a veces se encarga de traumar a los niños.

Esta violencia familiar se recicla en los hijos quienes llevan en su mente y corazón, el mismo patrón de conducta ante los más débiles. Y por eso cuando vemos tantos casos de asesinatos en el seno familiar, cuánto puede deberse estos hechos, a la forma en que fueron criados esos asesinos por sus padres.

Esto es solamente una hipótesis de causa y efecto: Niño que crece abusado psicológicamente, golpeado y menospreciado, será en el futuro ya de grande, otro abusador que lleno de rencor o ira, cometerá actos de crueldad.

Todos nacemos con una fortaleza de espíritu, muchos niños aunque sean sometidos a vejámenes, no reciclarán de mayores esas experiencias de dolor. No todos reaccionan igual, unos afrontan las vicisitudes de diferente manera.

Pero la secuela es imborrable, deja un lastre que solamente el niño puede saber si la asimiló para bien o para mal.

La escena del niño amenazado en su patineta, es real. Lo vi con mis ojos.

A mitad de camino de la justicia Divina

Yo vivo en un barrio pobre de ciudad Caótica, en el centro de una capital un tanto sucia y violenta. En ese conglomerado, vive un muchacho de unos veintiséis años, que deambula por las calles desde corta edad, el contacto con las amistades de la calle lo hicieron alcohólico, desaliñado, desnutrido y a veces colérico.

No es para menos, Toñito, así le dicen al muchacho, vivió bajo techo al cuido de su abuelita hasta que la anciana murió de complicaciones de la diabetes. Mientras tuvo el apoyo de su abuelita, Toñito vivió tranquilo como todo niño. Logró llegar al sexto grado de educación primaria.

Al morir la abuelita, un hijo desalmado de la ancianita, llamado Atanasio, cayó sobre la propiedad de la casa, y aprovechándose que su madre había muerto y no había escritura de propiedad, vendió la casa, y como Toñito estorbaba, lo sacó a la calle sin ningún tipo de conmiseración o lástima. Simplemente lo lanzó a vivir de la caridad del barrio.

Una parte de la justicia divina llegó el mismo día en que depositaron el dinero en el banco, producto de la venta de la casa. El hijo del desalmado Atanasio, murió en un accidente de tránsito.

Poco tiempo después, el viejo Atanasio se casó con la mujer del hijo que había fallecido en el accidente. Y pocos años después, el mismo hijo desalmado, murió de complicaciones de la diabetes, los riñones y los pulmones.

De ese momento triste en que tiraron a la calle a Toñito, han transcurrido casi dieciséis años. La segunda parte de la justicia divina debe ejecutarse con Toñito, liberarlo de las calles y del alcoholismo, darle una oportunidad para que comience una nueva vida y se rehabilite, alejándose de las drogas y el licor. También, darle un lugar donde vivir y pueda lograr la paz.

Esta pequeña historia es completamente real, pero los nombres se han cambiado.